En esta página nos dedicaremos a homenajear a Abarth por los 70 años de su fundación, repasando los que hemos considerado como los 10 modelos más representativos de esta marca-preparador.
La historia de Abarth se inicia en 1949, cuando Carlo Abarth, con la ayuda económica de Guido Scagliarini, se hace con el control de Cisitalia, que estaba pasando por graves problemas económicos. Desde el principio, el punto fuerte de Abarth fue la construcción de piezas de competición, especialmente para Fiat. Durante los 50 y 60, los coches preparados por Abarth o usando sus piezas reinaron en competiciones de toda Europa: Fiat, Simca y Porsche eran las principales marcas con las que trabajaba la firma, que también tuvo su papel en el motociclismo gracias al desarrollo de escapes para Lambretta.
En 1971, Carlo Abarth vendió su firma a Fiat, quien conservó su programa de rallys y circuitos -desarrollando los coches de competición de Fiat y Lancia- mientras que vendió la división de subidas y sport-prototipos a Enzo Osella, que la renombró con su apellido. Durante los 80, los Fiat y Autobianchi de calle más deportivos (Ritmo, A112…) también lucieron el logotipo del escorpión, pero finalmente el nombre Abarth pasó a denominar únicamente una línea de accesorios para los Fiat de los 90 y principios de los 2000, como los Bravo y Stilo.
El último capítulo de la historia Abarth se inicia en 2007, cuando Fiat relanza la mítica firma como marca independiente que produce deportivos basados en tres modelos de la gama actual de Fiat (Punto, 500 y 124 Spider) con enorme éxito.
Abarth 204A
Carlo Abarth fundó su propia marca a partir de lo que quedaba de la extinta Cisitalia, incluyendo el modelo 204, que modificó y rebautizó como Abarth 204 A. Este primer modelo de la nueva marca cosechó grandes éxitos durante 1949 en la categoría de menos de 1200 cc (ya que equipaba un motor Fiat de 1100 cc) con Pierro Taruffi al volante, mientras que para 1950 el piloto destacado fue Tazio Nuvolari, que consiguió la última victoria de su carrera profesional al volante de un 204 A, poco antes de retirarse.
Abarth 1500 Biposto
Abarth es sin duda conocido por sus preparaciones sobre base Fiat que triunfaron en competición durante las décadas de los 60 y 70, pero el primer Abarth fabricado a partir de un Fiat fue el 1500 Biposto de 1952. Este singular coupé, diseñado por Franco Scaglione, equipaba un motor Fiat de cuatro cilindros y 1,5 litros, y fue presentado en el Salón del Automóvil de Turín. Al terminar la exposición el Biposto fue adquirido por la marca estadounidense Packard, que al año siguiente lo regalaría al periodista del motor Dick Smith como premio por proponer un nuevo eslogan para la marca. Smith utilizó el coche regularmente durante unos 20 años, y posteriormente permaneció guardado hasta que fue subastado en 2003. Su nuevo dueño, el coleccionista Chris Drake, lo sometió a una restauración que duró 7 años, presentándolo al terminarla a los prestigiosos concursos de elegancia de Pebble Beach y Amelia Island.
Fiat-Abarth 595/695
El Fiat 500 original, lanzado al mercado en 1957, sería, además de un utilitario de gran éxito, el coche que permitiría a Abarth consolidarse como preparador capaz de crear auténticos matagigantes a partir de modelos populares.
El primer Fiat 500 con toque Abarth se denominó simplemente Fiat 500 Abarth, pero apenas presentaba modificaciones con respecto al modelo de serie. Así, en 1963 se lanzó al mercado el Fiat-Abarth 595, que como su nombre indica veía su cilindrada aumentada a 595 cc. Del motor original sólo se conservaron el cigüeñal, las bielas y las válvulas, aunque modificadas, y todos los demás componentes eran completamente nuevos. Con todo esto, la potencia se quedaba en 27 cv, que unidos a su bajo peso le permitían alcanzar los 120 km/h de velocidad máxima, que puede no parecer una gran cifra, pero la clave del 595 era su peso de únicamente 470 kilos, lo que le permitía enfrentarse a coches con potencias muy superiores. Curiosamente, las modificaciones del 595 se limitaban al motor, dejando suspensión, frenos, transmisión y ruedas de serie, con lo que enseguida se empezó a desarrollar una versión más evolucionada del modelo.
Esta versión, presentada pocos meses más tarde, se denominó 695. Estaba basada en la versión D del Fiat 500, que con la cilindrada aumentada a 690 cc y un carburador Solex 28PB, entre otras modificaciones, conseguía 30 cv y 130 km/h de velocidad punta. Para quienes deseasen unas prestaciones todavía mejores, estaba disponible la versión 695 SS, con 38 cv que conseguían 10 km/h extra de velocidad máxima. Además, en 1965 se introducían nuevos cambios que incluían vías ensanchadas, neumáticos y llantas también más anchos y mayor caída en las ruedas traseras, lo que aumentaba la estabilidad… aunque los frenos seguían siendo los del 500 de serie.
Porsche 356B Carrera GTL Abarth
Abarth es conocida sobre todo por sus preparaciones sobre modelos de Fiat, pero la marca italiana no fue la única con la que colaboró. Una de las que trataremos en este especial es Porsche.
La curiosa relación entre Porsche y Abarth se inicia a finales de los años 50, cuando los Porsche 356 de competición empezaban a verse superados por coches italianos, principalmente de Alfa Romeo y la propia Abarth. Así, la firma alemana tomó la decisión de fabricar una nueva versión más ligera, aerodinámica y potente de su modelo 356B Carrera GT, pensando inicialmente en encargar el proyecto al carrocero Zagato. Sin embargo, finalmente se encargó el diseño a Franco Scaglione, mientras que la fabricación de las carrocerías de aluminio se llevó a cabo primero en Carrozzeria Rocco Motto y posteriormente en Viarengo & Filipponi, construyendo tres unidades el primero y 18 el segundo. En cuanto al motor, siempre preparado por Abarth, se utilizó al principio un 4 cilindros boxer de 1600 cc que desarrollaba entre 115 y 135 cv de potencia, mientras que posteriormente se aumentó la cilindrada a 2000 cc, desarrollando entre 155 y 180 cv.
El nuevo modelo estaba listo en febrero de 1960, aunque Porsche quedó decepcionada por los diversos contratiempos y errores que tuvieron que ser superados durante su desarrollo, además de por la mala calidad de los materiales empleados y el interior demasiado espartano y pequeño. Aun así, las potencias anteriormente mencionadas combinadas con un peso de sólo 799 kilos permitían al 356B Carrera GTL Abarth alcanzar velocidades máximas de entre 215 y 225 km/h (llegando a alcanzar 242 km/h en la recta Mulsanne de Le Mans), lo que los hacía muy competitivos. Esto quedó demostrado durante las tres temporadas en que estuvo en activo, obteniendo victorias en su categoría y buenas posiciones en la clasificación general en infinidad de pruebas, incluyendo la Targa Florio, los 1000 km de Nürburgring, las 24 horas de Le Mans, las 12 horas de Sebring o las 3 horas de Daytona, entre muchas otras.
Fiat-Abarth 750 / 850 TC / 1000 TC / 1000 TCR
Hoy nos detenemos en los que son sin duda los Abarth clásicos más popular en España, los modelos basados en el Fiat y Seat 600. Como sabemos, la marca con la que más éxitos obtuvo Abarth en sus preparaciones fue Fiat, especialmente con los modelos 500, que tratamos el pasado lunes, y el 600 que veremos hoy.
El primer Abarth basado en el Fiat 600 se denominó Fiat 750 Berlina Derivazione Abarth y apareció en 1956, y su principal cambio era el aumento de cilindrada (de 633 a 747 cc) que le permitían alcanzar los 46 cv, suficientes para aumentar la velocidad máxima del 600 de serie, de poco más de 90 km/h, a 130. Más adelante, apareció la versión 850 TC, que aumentaba la potencia hasta los 55 cv.
La versión más conocida del modelo fue la denominada 1000 TC, que unía su espectacular estética -nuevo parachoques, ruedas y aletas más anchas, etc.- a su motor de 962 cc y 68 cv, que le permitían superar al rey de los circuitos de la época, el Mini Cooper. Posteriormente el 1000 TC evolucionó todavía más al mover el radiador a la parte delantera e instalar unas varillas que mantenían el capó abierto, lo cual tenía una doble función: proporcionar una mejor refrigeración del motor y actuar como alerón para mejorar el paso por curva. Estos cambios fueron, además, los responsables de que el Fiat-Abarth 1000 TC sea recordado por su espectacular estética además de por sus prestaciones: 76 cv y 190 km/h de velocidad máxima. Las dos siguientes series del modelo, además de introducir el prominente parachoques de fibra de vidrio con radiador de agua y aceite incorporados, permitían alcanzar los 80 y 85 cv respectivamente, con lo que la velocidad máxima de esta pequeña bomba se acercaba a los 200 km/h.
Pero sin duda, el 600 Abarth más brutal es el 1000 TCR, nacido en 1969 y que poco tenía ya que ver con el sencillo Fiat 600 en el que se basaba. Con dos carburadores Weber 40, el TCR alcanzaba los 106 cv y 208 km/h de velocidad máxima, mientras que con los Weber 45 estas cifras crecían hasta los 112 cv y 215 km/h. Pero las modificaciones no sólo afectaban a la mecánica, ya que se sustituyó la caja de cambios por una de cinco velocidades unida a un embrague en seco, se rediseñó por completo toda la suspensión y se añadió un diferencial autoblocante.
Abarth-Simca 1300 GT / 1600 GT / 2000 GT
En 1962 se presentó el primero de los conocidos como Abarth-Simca GT, el 1300. Se trataba de un Simca 1000 con una preciosa carrocería que nada tenía que ver con la de serie y un motor Fiat de 1300 cc preparado por Abarth, con cárter seco y dos carburadores dobles Weber 45, entre otras muchas modificaciones, que le hacían alcanzar 127 cv de potencia. Homologada como Gran Turismo, esta primera versión no fue del agrado de los pilotos, que reclamaban un chasis más acorde a las prestaciones del motor 1300. Aun así, el 1300 GT obtuvo diversos éxitos en competición en 1962 y 1963, especialmente en carreras en cuesta.
En febrero de 1963 llegó la segunda evolución del modelo, que intentaba mejorar el punto débil de la anterior versión, el chasis del Simca 1000. Además, la cilindrada del motor aumentó a 1600 cc y se introdujo una caja de cambios de 6 velocidades, convirténdose en el Abarth-Simca 1600 GT. De todas formas, este nuevo modelo tuvo una vida muy corta, ya que pocos meses después de su presentación la FIA canceló la categoría GT de 1600 cc, y Abarth descartó el 1600 GT en favor de un nuevo modelo.
Así pues, en marzo de 1963 llegaría dicho modelo, que sería el último del programa Abarth-Simca. El chasis seguía siendo el del Simca 1000, lo cual suponía la mayor debilidad del modelo, pero Abarth lo modificó todavía más para remediar sus defectos. El motor también siguió evolucionando, esta vez hasta los 2000 cc y 204 cv de potencia. Esto, junto con su ligera y aerodinámica -a la par que preciosa- carrocería permitían al nuevo 2000 GT alcanzar los 270 km/h, propiciando grandes éxitos, una vez más especialmente en subidas. Aunque durante los años que duró la producción el 2000 GT no dejó de sufrir mejoras, a finales de 1964 el acuerdo entre Simca y Abarth terminó, aunque el GT siguió siendo utilizado en competición hasta 1968.
Autobianchi A112 Abarth
Nos adentramos ya en la década de los 70, cuando Abarth pasó a ser propiedad de Fiat. Como parte del grupo, desarrollaría coches de competición y versiones deportivas de modelos de calle, aunque el modelo que veremos hoy no es un Fiat como tal sino un Autobianchi, marca creada por Fiat en 1955 como una firma de coches pequeños pero de buena categoría y un centro de experientación e innovación. Este fabricante siempre disfrutó de un cierto éxito, pero sin duda su modelo más exitoso fue el A112, producido entre 1969 y 1986, y que también tuvo su versión Abarth.
El Autobianchi A112 Abarth nació en 1971, con un motor de 982 cc que conseguía 58 cv gracias al aumento de compresión, un escape deportivo, un carburador doble y un nuevo árbol de levas. Puede no parecer mucha potencia, pero el A112 Abarth sólo pesaba 700 kilos. En 1975 llegó la segunda serie, con 1050 cc y 70 cv, y una caja de cambios de cinco velocidades disponible opcionalmente.
Como no podía ser de otra forma en un producto Abarth, el A112 también cosechó varios éxitos en competición. En concreto, este modelo compitió en el Grupo 1 de rallies y subidas en cuesta, es decir, una categoría compuesta por coches muy cercanos a los de serie. Además, la popularidad del A112 entre los jóvenes impulsó un campeonato monomarca para este modelo llamado Campionato A112 Abarth, en el que compitieron pilotos de renombre como Attilio Bettega, Fabrizio Tabaton y Gianfranco Cunico.
Fiat-Abarth 124 Spider
Siendo Abarth una parte de Fiat desde principios de los 70, es natural que los Fiat de competición fuesen encargados a Abarth, y este es el caso que nos ocupa hoy.
El Fiat 124 Sport Spider, introducido en 1966, fue el modelo elegido por Fiat para competir a principios de los 70, ganando el Campeonato de Europa de Rallies en 1972 con Raffaele Pinto al volante. Con la adquisición de Abarth por parte de Fiat, el preparador se encargaría de evolucionar los modelos existentes para hacerlos todavía más competitivos. Por tanto, en 1972 el Fiat-Abarth 124 Rally salió al mercado y a los tramos de rally.
Con respecto al Fiat 124 Sport Spider de serie, el Abarth presentaba infinidad de modificaciones. Empezando por el motor de 1800 cc, se instalaron dos carburadores Weber 44 y un nuevo escape, para ganar 10 cv con respecto al motor de serie y obtener un total de 128 cv, transmitidos a las ruedas traseras mediante una caja de cambios de 5 marchas. La suspensión trasera fue completamente rediseñada, siendo ahora independiente en lugar de de eje rígido, y se instalaron frenos de disco en las cuatro ruedas. En el interior, se añadieron barras antivuelco y se eliminó la mayor cantidad de peso posible, mientras que varias piezas de la carrocería eran de fibra de vidrio.
Como era habitual en Abarth, este nuevo modelo cosechó diversos éxitos en competición, en este caso en rally. En 1972 venció en los rallies de Hessen y Acrópolis, en 1973 ganó en Polonia pero fue superado por los Renault Alpine en Monte-Carlo, mientras que en 1974 la escudería Fiat-Abarth consiguió un triplete en Portugal. En 1975 Markku Alén llevó el 124 Abarth al tercer puesto en Monte-Carlo, mientras que al año siguiente el modelo fue sustituido por el Fiat 131 Abarth.
Abarth-Osella PA1
Lanzado en 1973, el primer modelo de esta nueva firma aún estaba basado en la barchetta Abarth SE021 y tenía un chasis monocasco de aluminio con un subchasis tubular trasero. El motor era el Abarth de 2000 cc y 270 cv, mientras que la carrocería aerodinámica destacaba por su gran alerón trasero.
Los 10 Abarth-Osella PA1 que se fabricaron compitieron en el Campeonato de Europa de Sport-Prototipos, donde se tuvieron que enfrentar a la feroz competencia de las barchettas Lola y Chevron. Aunque Vittorio Brambilla y Arturo Merzario consiguieron una victoria cada uno en dicho campeonato al volante de sendos PA1, esto no fue suficiente para obtener un buen resultado a final del campeonato, quedando Abarth-Osella en tercera posición en la clasificación de fabricantes, por detrás de los dos mencionados anteriormente. En 1974, el PA1 fue sustituido por el PA2, que sería el último sport-prototipo en llevar el nombre de Abarth.
Fiat 131 Abarth
Para terminar el especial del 70 aniversario de Abarth por todo lo alto, no podíamos olvidarnos del espectacular Fiat 131 Abarth, que cierra el repaso a los 10 modelos que hemos seleccionado para celebrar la efeméride.
Para sustituir al célebre Fiat-Abarth 124 Rally, la marca italiana lanzó en 1976 el 131 Abarth, del cual se fabricarían 400 unidades a fin de homologarlo como Grupo 4.
Basado en la popular berlina de Fiat, el tratamiento Abarth empezaba por la carrocería, que gracias a los componentes de plástico y las ventanas traseras de plexiglás veía reducido su peso, mientras que se añadían alerones en parachoques, maletero y techo para mejorar la aerodinámica y se ensanchaban las aletas. Siguiendo por la suspensión, al igual que se hizo con el 124, el eje rígido trasero fue sustituido por un sistema de suspensión independiente, mientras que los frenos, procedentes del 127, se quedaban muy cortos para las prestaciones que ofrecía el motor: la versión Stradale de calle desarrollaba 140 cv, mientras que las de competición obtenían entre 200 y 230 cv.
Como era de esperar, el Fiat 131 Abarth fue muy exitoso en los rallies en los que participó, aunque la dura competencia de la época -incluida la del Lancia Stratos, también del grupo Fiat- le puso las cosas difíciles. El palmarés de este precioso modelo incluye la victoria de Markku Alén en el 1000 Lagos de 1976, el campeonato del mundo de fabricantes en 1977 y dos dobletes de campeonato de pilotos y constructores, en 1978 con Markku Alén y en 1980 con Walter Röhrl.
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Texto y fotos: Bernat Calafell
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